Mientras buscaba inspiración para este post, me ha venido a la cabeza la maravillosa canción de The Beatles: “The long and winding Road” en la que Paul McCartney se queja del largo y tortuoso camino que le lleva a las puertas de su amada. En una de las estrofas, un Paul al límite canta:

“Muchas veces he estado solo y muchas veces he llorado.
De todas formas, tú nunca sabrás de cuántas maneras lo he intentado,
pero todavía me llevan de vuelta al largo y sinuoso camino.”

No sé finalmente que pasó con Paul, si pudo reconquistar a su amada o si la siguió esperando en el sinuoso camino. Lo que sí sé es que la ruta hacia mi emprendimiento no ha sido larga y mucho menos tortuosa. Ha sido un camino intenso, lleno de ilusión y de muchísimo aprendizaje, en el que me he rodeado de personas que me han impulsado a lugares en los que nunca habría llegado sola.

Habrá quién pueda pensar que he tenido suerte. Sin embargo, te aseguro que el mérito es mío. Porque mía fue la decisión de apostar por un futuro lejos del sector al que siempre me había dedicado, de capitalizar el paro, de abandonar todo lo que no me enfocaba en mi propósito y luchar por un único sueño: ser libre y vivir haciendo lo que más me gusta.

Y aunque soy una novata en todo este mundo del emprendimiento, no quiero terminar este post sin compartir contigo algunos aprendizajes de estos meses:

1. Invierte en tu proyecto. Si tú no eres capaz de hacerlo, nadie más lo hará.
2. No dejes nunca de formarte y de aprender. Es la única manera de evolucionar y de salir adelante.
3. Busca inspiración constante: en libros, en vídeos, en redes sociales, en la naturaleza, en las personas que te rodean. Fíjate en qué hacen bien y copia (con tu propio estilo), aquello que te guste y les funcione.
4. Valida tu producto, aunque eso suponga tener que hacer cosas gratis.
5. Busca un mentor o mentora. Te acortará el proceso de creación, te evitará errores y reducirá tu frustración.
6. Ya sea desde el cariño, la envidia o el miedo, a la gente le encanta opinar aunque no tengan ni idea. No los escuches. Identifica quién de verdad tiene algo que aportar. Al resto, ni caso.
7. Y, por último, confía en tu intuición. Cuando algo te mueva por dentro. Cuando te acuestes con un pensamiento y te levantes con él. Cuando se te ilumine la cara. Ese es el camino.

Si sigues estos consejos, “The long and winding road” pasará a ser “Bright side of the road”, y te aseguro que en lado luminoso del camino se vive mucho mejor.

“Y el tiempo pasa tan rápido, como el parpadeo de un ojo.
Disfrutemos mientras podamos.
¿Me ayudarás a compartir mi carga?
Desde el lado oscuro de la calle,
Al lado luminoso del camino”
Bright Side of the Road – Van Morrison.

Te dejo enlazadas las dos canciones que menciono, para que las escuches mientras lees el post y sientas tú mismo/a la diferencia entre los dos caminos.

Feliz febrero.

María

P.D. Mónica, este post es para ti. Gracias por tu apoyo, tu creatividad, tu ilusión y tu dulzura. Lo supe desde el primer momento (bendita intuición) y nunca te lo agradeceré suficiente.